Hace veinticinco años Mark Frost y David Lynch pusieron patas arriba los conceptos de la ficción televisiva con una serie que nació como clásica. Twin Peaks lo tenía todo; personajes carismáticos, escenarios de ensueño, una historia de las que atrapan y un toque (el de Lynch) que la convertía en mágica. Fue sin duda una serie que abrió muchas puertas, convirtiéndose, junto a Seven en uno de los productos más influyentes de los 90.

Después de un arranque sobresaliente en una breve temporada de sólo 8 episodios vino la segunda temporada con 22, donde la cosa se iba complicando, provocando que más de uno se bajara del tren al no entender nada. De hecho la propia cadena que lo emitía, la ABC, cesó la serie prematuramente. Tras el cese David Lynch dirigió una precuela, Fuego camina conmigo, donde se explicaba quién mataba a Laura Palmer, aunque ya estaba claro que quién era el asesino no era lo importante… Y 25 años después vuelve la serie…

Muchas veces comentamos que los remakes, las secuelas, precuelas o nuevas versiones de productos de nuestra infancia y juventud nos dejan mal sabor de boca por no saber rescatar esa nostalgia, aquel sabor. Pues bien, Frost y Lynch pasan totalmente de nostalgias y arrancan esta tercera temporada de manera, si cabe, más extraña que como terminó la segunda. Nuevos personajes, nuevas historias (otro crimen) y, atención, nuevo paisaje, ya que apenas aparece Twin Peaks (hablo de los dos primeros episodios).

Secuencias largas y tremendamente inquietantes, ajenas al ritmo normalizado en televisión, explosiones de terror cuando menos esperas y un alto carácter onírico (volvemos a la habitación roja y nos avasallan con mensajes sin sentido aparente). Las casi dos primeras horas no desvelan respuestas y en cambio generan mil preguntas más. Van apareciendo, con cuentagotas, personajes que interpretaran la serie original en un estupendo qué fue de y otros como el agente Cooper, nos despistan con su nuevo aspecto y maneras de asesino. Sabemos que algo pasa, pero no sabemos el qué.

Lynch introduce nuevas premisas como esa caja vacía en la que aparecen seres (no sabemos de dónde ni con qué intención) que nos muestra con una quietud que asusta… Lo se, no he contado casi nada, pero intento evitar spoilers y además solo se trata de los dos primeros episodios de una temporada de 18, íntegramente dirigida por el propio Lynch donde parece que las cosas van a llevar su propio ritmo…

Avisamos que la serie puede irritar incluso a los propios fans (no es nuestro caso), pero no podemos negar que es posiblemente el estreno del año, una manera diferente de entender la televisión, al margen de gustos y modas. Si, sin duda, Mark Frost y David Lynch, 25 años después, de nuevo ponen patas arriba los conceptos de la ficción televisiva.

También puedes ver:

Twin Peaks 23 años después, parte 1
Twin Peaks 23 años después, parte 2