Aquellos artículos de broma típicos de la EGB
Un día como hoy no nos podíamos olvidar de todos aquellos artículos de broma que inundaban los quioscos y tiendas de golosinas durante estas fechas y con los que nos encantaba hacer mil y una inocentes gamberradas. Porque eran inocentes, ¿verdad?
La mayoría de estos extraños productos aparecían con la misteriosa marca Mi-Shan-Fu y eran comercializados por la empresa de de Hospitalet de Llobregat Sanromà, unos auténticos especialistas en bromas que aún siguen en activo. Vamos a ver cuántas de estas bromas has gastado.
Bombas fétidas
Empezamos por una de las bromas más clásicas, de repente notas que empieza a oler mal, muy mal, es algo insoportable, como huevos podridos… No hay duda de que alguien ha echado una bomba fétida, pero ¿en el ascensor? Todavía me pregunto cuales serían sus ingredientes.
Azúcar Mosca
Esta broma era una de mis favoritas porque aquí era imposible que te pillaran. Bastaba con colar alguno de estos azucarillos junto al resto, los de verdad, y esperar a ver quién era el que lo escogía.
Al derretirse, y dependiendo de la versión del azucarillo, salía a la superficie una mosca (Azúcar Mosca), una pequeña prenda (Azúcar Prenda) o un largo hilo con una sorpresa al final (Azúcar Sorpresa). También había Azúcar Spam y Azúcar Invasor. No conviene bajar la guardia ya que no sería la primera vez que alguien no se entera y se lo traga.
Polvos pica-pica / polvos de estornudar
Si de repente todo el mundo a tu alrededor empieza a estornudar es muy probable que algún gracioso haya echado polvos de estornudar. Imposible parar. La única pega es que tú también acababas estornudando. Los picores repentinos también estaban justificados con los polvos pica-pica, como en la canción de Hombres G. Toca sufrir.
Anillo ducha
Otro de mis favoritos, este gran anillo dorado que enseñabas a todo el mundo y cuando lo estaban viendo, a poder ser bien de cerca, apretabas la bomba con forma de chino que tenías escondida en la mano y chorrazo de agua en toda la cara. Ahora me pregunto cómo podía caer alguien, ¿nos estarían siguiendo el rollo?
Levanta platos
Una versión muy similar y con una tecnología bastante arcaica este artilugio hacía mover el plato de los comensales hasta el punto de pensar que tenían vida propia. No hacerlo nunca con un plato de sopa caliente lleno hasta arriba, os lo digo por experiencia.
Cigarros explosivos
He de reconocer que soy un fanático de las ilustraciones con las que se presentaban todos estos productos de broma y en especial ésta cuyo dibujo lo explica perfectamente y sobran las instrucciones. Unos pequeños petarditos que se introducían en los cigarros y al encenderlo ¡Zas! Era el momento de soltar tu consejo de niño tocahuevos: Ves, papá, como fumar es malo…
Tinta Mágica
Inolvidable la cara que pone esa persona cuando comprueba que has derramado un bote de tinta sobre su ropa. Tranquilo, hombre, no te pongas así, que es tinta mágica y verás como pronto desaparece, o debería desaparecer, vamos, que eso es lo que me han dicho.
Dientes Monstruo
A estas alturas los más observadores ya os habréis fijado que cada una de estas bromas iba perfectamente numerada en su cajita y esta era la broma número 70, por lo que os podéis hacer una idea de la variedad. Dientes para todas las ocasiones, con caries, con sarro y otras asquerosidades y como no, con colmillos de Drácula.
Escarabajos PUM
Con el asco que le tiene mi hermana a las cucarachas y todos los insectos era imposible fallar. Era ver uno de estos bichejos en el suelo y automáticamente escuchabas el pisotón y acto seguido la pequeña explosión del petardo que llevaba en su interior. Terapia de choque.
Dedo ensangrentado
Por último nos despedimos con este dedo vendado ensangrentado con el que alguna madre se habrá pegado más de un gran susto. Los había de todo tipo, hasta saltarines, así como toda la colección de secreciones corporales de pega como mocos y otras asquerosidades que dicen que si las pisas dan suerte.
No sé a vosotros, pero a mi me han entrado un montón de ganas de pasarme por el quiosco y comprarme alguna de estas bromas. ¡Feliz Día de los Santos Inocentes!
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Comentarios (49)
¡Mi favorito eran los escarabajos, con diferencia!
Las bombas fétidas, el azúcar mosca, la tinta mágica, los polvos pica-pica, los cigarrillos explosivos… ¿qué no habremos probado en fechas navideñas mis primos y yo? Qué bien lo pasábamos…
El mejor era la Caquetá….no hacia falta comprarla en ningún sitio, solo tenias que esperar el resultado de comer golosinas y zas,,,ya tenias el articulo……después desde la ventana de casa a esperar y hala a manchar cabezas.
las bombas fetidas en clse las tiraba yo
el de la tinta estaba bien..mi madre que parecía a la del K-7..con las manchas..la primera vez que se lo hicimos fué genial..lo de los cigarillo a mi padre..se ponía de una leche…
nosotros soliamos hacer bombas fetidas con azulete (aquel liquido azul que todas las madres tenian en casa) y vinagre olia a demonios
Falta el dedo vendado con el clavo insertado!!!!!!
http://www.solostocks.com/img/articulo-broma-clavo-en-el-dedo-6113194z1.jpg
La bomba fétida incluso inspiró una canción de “Hombres G”, ¿la recordais?, jajaja
Creo que eran los polvos pica pica. Sufre mamón, devuélveme a mi chica o te retorcerás entre polvo picapica…
No, también la bomba fétida. “Y cayó, y cayó, y cayó la bomba fétida”.
Exactamente, asi es: “Y cayó, y cayó la bomba fétida, y cayóoo”. Lo recuerdo perfectamente, es de más o menos 1987 esta canción. La de los polvos pica pica, que no es otra que “Devuélveme a mi chica”, es un pelín anterior, creo que de 1985.
yo recuerdo unos caramelos que cuando lo llevabas chupando un rato soltaban pimienta y no veas como picaban,a mas de uno se los di, jajaja
Yo hacía los cigarros explosivos con petardos de los de a peseta ( los pequeños rojos), con el tabaco de mi hermana mayor y luego solo tocaba esperar a cual de las amigas le tocaba
Había unas piedrecitas de colores que se metían en el filtro de los grifos y hacían que el agua saliera de ese color.
También había paquetes de chicles que al coger uno te saltaba un muelle y te pellizcaba el dedo.
Yo tenía la tinta china, y una flor que echaba agua, con el mismo mecanismo del anillo, también tenía los chicles que te pillaban el dedo.
Recuerdo que en el quiosco también vendían la caca de broma, unos cubitos de hielo con mosca dentro y una pegatina para que pareciera que el cristal se había roto.
Q bueno el anillo y el dedo con sangre!! el
Este era para mayores, una pinza en un paquete de cigarrillos que te pillaba el dedo cuando tierabas del cigarrillo
Este era para mayores, una pinza en un paquete de cigarrillos que te pillaba el dedo cuando tirabas del cigarrillo
lo mejor eran las bombas fetidas, bwahahahahahahahahaha
Vaya viaje a la infancia. Nuestra madre nos llevaba al Rey de las Fiestad en Donosti cada navidad a por la broma del año!!
NOSOTROS USABAMOS ESTAS BROMAS EN LOS CUMPLEAÑOS, ME ACUERDO
DE LA TINTA CHINA, DE LOS AZUCARILLOS CON LA MOSCA Y DE ALGUNA MAS
QUE HABEIS NOMBRADO . . .
Muy buena recopilación, jajaja… pero en mi casa también se usaban los bombones de corcho, por supuesto, le tocaba siempre al más goloso, y un “calienta-cojines” que creo recordar que era como un sello que se lo ponían al que bebía de más… se ponía coloradoooo y le empezaban a entrar unos sudores… ¡anda que no nos hemos acordado de ello mi hermana y yo!
Bombas fétidas, y Caramelos rellenos de Pimienta”!!..
Falta el “Platos rotos”. Eran unas láminas de aluminio duro que se tiraban al suelo y sonaban como si se hubiesen caído los platos al suelo. Todos picaban y salían al salón con cara de mala leche hasta que descubrían que era FALSO!!
+1 por los PLATOS ROTOS
Todos muy buenos, pero has olvidado el “frio y caliente” lo ponías en el asiento y era la monda, sobre en las chicas con falda corta. !Que movimientos de culo!
Lo de los platos ratos a mí me los regalaron con los yogures danone creo, no recuerdo bien la marca… Me tocaron a mediodía y por la tarde lo llevé a clase para liarla, me los cogió un compañero los tiró, hizo un ruido infernal!! La profe se enfadó muchísimo y se los quitó y nunca más los volví a ver… me duraron 2 horas escasas :(
Sin la típica mierda de coña… esta recopilación es una idem.
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La felicidad que tienes cuando eres un niño no tiene precio. Recuerdo en mi infancia que nunca te surgía un problema, tal vez la mayor duda era pensar a qué parque irías a jugar con tus amigos. No existían responsabilidades, ni preocupaciones, ni agobios, ni prisas, y el tiempo parecía ir más despacio que ahora.
Llegabas del colegio, hacías las tarea (si tenías) y salías a la calle a tocarle a la casa de tu amigo, así hasta que reunías a toda la panda. A veces no hacía falta ni ir a buscar a nadie ya que había un “punto de encuentro”. Cuando ya estábamos todos decidíamos qué hacer. “Ey tios, ¿por qué no vamos al terreno y de aquí encima y nos hacemos una caseta? Una “caseta”. Un tipo de casa en la que construías a partir de tablas, palés y bloques de cemento que encontrabas a tu alrededor. Si no habían materiales para construirla destinabas a varios de tus amigos a buscarlos por los solares de la zona.
Cuando ya estaba hecha ese ya era el nuevo punto de reunión. Cada uno llevaba un juguete de la época, un juguete tipo no sé, una Game Boy, un Tamagotchi, Tazos de todo tipo, Boliches o cualquier muñeco para pelear contra el que trajese otro.
Llegaban los Reyes y cada uno lucía su mejor juguete. Unos mejores y otros peores, pero a pesar de ello, éramos felices. Me acuero de jugar con el “Skatch”, pistolas de agua, la “Bola Boom”, que consistía en un cilindro desarmable en el que introducía un globo lleno de agua y te la ibas pasando hasta que estallaba y te mojabas. Eso sí, nosotros le introducimos un poco más de acción, al que le estallase le hacíamos el “pasillo de los leones”, que golfos.
Entonces pasaban los años, veías que ya nada era lo mismo. Los juguetes ya no te llaman la atención como antes y no porque seas más hombre, sino porque ya no son lo mismo. Ahora te venden cualquier tontería que ni divierte, sólo piensan en vender y cuanto más caro sea mejor. Ya no hacen juguetes como los de antes, ¿se acuerdan del Blandibu? Una masa verde viscosa a la que le podías dar la forma que quisieses. ¡Y cómo olía! Pero con esa insignificancia ya eras feliz.
Tu madre te daba veinte duros y eras Dios, y ya no te cuento como te encontrases quinientas pesetas en la calle. Cogías a tus amigos y los invitabas a bocadillos y refrescos. Hablando de quinientas pesetas, yo no sé la mayoría pero yo con ese dinero me iba al cine y comía. Bajaba en la guagua a Santa Cruz a los Cines Oscars y compraba la entrada que costaba 200 pesetas. Aún tenía 250 pesetas ya que la guagua sólo costaba unas 50 pesetas o incluso menos. Te comprabas las cotufas y tu Coca-Cola por 150 pesetas y aún te quedaban 100 pesetas, 50 para subir para tu casa en la guagua y 50 para si al salir te comprabas alguna regaliz.
La tele, la maravillosa tele. Tus dibujos preferidos, Los Caballeros del Zodiaco, Dragones y Mazmorras, La Vuelta al Mundo de Willy Fog, Oliver y Benji, Lupin… Decías: ¡Ostiá, el Club Megatrix! (todo eso a las 7 de la mañana de un sábado). Además de las series animadas teníamos las reales, Cosas de Casa, Aquellos Maravillosos Años, Punky Bruster, El Príncipe de Bel-Air… ¿Ahora qué hay? Ahh sí, High School Musical, Lazy Town, Dora la Exploradora y un sin fin de series casi sin sentido.
¿A quién no le genera una sonrisa la palabra nostalgia? Nostalgia… Eso es lo que siento ahora mismo.
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A mí me encantaban los huevos de boa!!!!
[…] Aquellos artículos de broma típicos de la EGB Diez juegos que se han convertido en iconos de los ochenta Los juegos de calle de la EGB Aquellas canciones para saltar a la cuerda Aquellas canciones para saltar a la goma […]
Yo los probé todos en miles de ocasiones, y luego llegué a fabricar los míos. Mi abuela hizo poner en el kiosco del barrio con quien tenía confianza, una cartel en plan se busca con una foto mía. Recuerdo que decía, por favor, no le vendas cosas de broma a la nieta de la Pilar. (Y escrito a mano) Es rubia, pero es capaz de ponerse un gorro o teñirse el pelo para conseguir entrar.
Ya nadie me vendía :'(
Recuerdo vivamente que cogimos de esos petardos para puro, y pusimos como 4 o 5 en cada puro en una caja que tenía mi tío, y esperábamos que cogiera uno. Nunca lo hacía, hasta que un día de navidad la caja había desaparecido de su sitio, y mi tío nos esperaba con la zapatilla en el comedor: había invitado a su jefe a un puro, y todos podemos imaginar el desenlace. Nos cayeron bofetones hasta en el carnet de identidad
Por cierto, os habeis olvidado el cojín de pedo, que al sentarse se escuchaba PREEEEEEEEEEEEEEEET!!!
Falta el de la cajeta de chicles que al cogerlo te pillabas el deo…
enhorabuena por esta peazo de web… estoy viendo toooodas las publicaciones q tienes poco a poco….
Los tuve todos. El día que nos daban las vacaciones de Navidad nos íbamos a una tienda cercana a la Plaza Mayor de Madrid (Vicente Rico) y nos pertrechábamos con todos estos artículos.
Falta la “mierda” falsa y las chapas que cuando las tirabas sonaban como si se hubiera roto un cristal… Al conserje de mi cole le teníamos loco al pobre…
Algunos más que recuerde de la misteriosa y fascinante marca Mi-Shan-Fu (por cierto, me encantaban las cajitas y las ilustraciones de los artículos de broma):
– “Fluído glacial”. No estaba muy extendido. Era un líquido que apestaba, pero tenía una evaporación rapidísima y por la ley de Boyle-Mariotte, bla bla bla enfriaba MUCHO la zona donde estaba. Mi hermano y yo intentamos probarlo en dos ocasiones pero olía tan mal que casi nos intoxicamos y acabamos tirándolo.
– “¡Que me quemo!”. Otro producto de Mi-Shan-Fu basado en reacciones químicas. Eran dos láminas de diferentes materiales que había que humedecer y meter en un sobre de papel. Luego lo ponías en una silla y a esperar a que algún incauto se sentara. Eso se calentaba a lo bestia. Reacción exotérmica donde las haya.
– “Huevos de cobra” o “Huevos de serpiente”. Eran unas pastillas negras que al quemarlas con un mechero empezaban a desprender materia en forma de gusano o serpiente y daban una sensación realmente inquietante. De una pastillita ridícula podía salir una “serpiente” de una sustancia negruzca de alrededor de 20cm o más.
Y el timbre con un pincho dentro???
Mas k broma era una…..
¿Y qué me decís del cojín de pedos? Era una especie de globo de latex bastante fuerte con una espuma dentro. se ponía debajo de los cojines del sofá y cuando alguien se sentaba sonaba un estruendo…!
La broma estrella era la caja de naipes con una chica en bikini estampada. Afirmabas al incauto que al abrirla vería toda una baraja de chicas desnudas. Lo que ocurría era que al intentar abrirla se hacía contacto con los dedos en dos terminales que daban un potente calambrazo.
Y os acordais del paquete de chicles que al tirar era una pinza…
Tbn habia unas pastillas que se quemaban y empezaba a salir como una ceniza o espuma k simulaba una cagada…os acordais??
Nosotros le pusimos un petardo de estos a mi padre en un cigarrillo, pero le saltó una chispa al ojo y del susto de nos pasaron las ganas de más bromas así…
Recuerdo unas ceras para “simular” cristales rotos. Se lo hicimos a todo el vecindario y alguno se cago en… y atarse los zapatos con las bombas fétidas pisadas justo antes de salir del ascensor en “Coeba” y cagarse en nosotros mientras subían con ese oloraco XDDDD. Que malos éramos de pequeños.
Esas veras las compramos una vez y luego no había cómo limpiarlas!
Falta el “que me quemo” aquellas hojas que mojabas y tenias que envolver en un sobre de aluminio que traian y cakentaban mas que dios……… unos instantes
Bombas fétidas! Llas teníamos acá en Perú también! Nunca me gustaron estas cositas de broma porque me parecían asquerosas. Solamente tuve un anillo ducha de lo más cutre, el chorrito que lanzaba era miserable.
Jajajaja, nosotros tuvimos varios de esos, los comprábamos en la Plaza Mayor.
Os ha faltado el almohadón vegonzante: esa especie de bolsa de agua caliente que hinchabas y ponías debajo del sillón para que cuando alguien se sentara encima sonase como un pedo.
Ahhh que tiempos aquellos que felices éramos yo esperaba la paga del sábado para irme pitando a la tienda de bromas los dueños ya mayores me conocían eran tiempos maravillosos que de verdad jugábamos y no se oían estas cosas que pasan ahora