Libro de la semana: ¡Abajo el colejio!
Antes que Manolito gafotas, que el pequeño Nicolás y hermano pequeño de Guillermo tenemos a Nigel Molesworth, el incorregible e irreverente niño creado en 1953 por Geoffrey Willans (escritor) y Ronald Searle (dibujante). Ambos crearon a cuatro manos la tetralogía Molesworth cuya primera parte es este descacharrante ¡Abajo el colejio! Sí, con esa j que hace daño a la vista.
Los autores
Como ya hemos dicho el librito tiene dos autores. Por un lado el creador de los textos Geoffrey Willans, periodista y escritor de buena familia, llegó a ejercer de profesor en el colegio donde estudió de joven, y por otro lado Ronald Searle, creador de los dibujos, parte fundamental del libro, si bien casi se podría decir que es un libro ilustrado con apuntes, más que un libro con algún dibujo. Empezó a dibujar a los 5 años y dejó el colegio 10 años después, se alistó en la Segunda guerra mundial donde fue hecho prisionero por los japoneses. Falleció en 2011.
Argumento
Realmente tratar de contar de qué trata el libro es como querer hacer una versión cinematográfica del prospecto de una medicina. No hay historia, no hay apenas hilo entre capítulo y capítulo, los dibujos ilustran lo narrado pero en ocasiones van por su cuenta y son chistes ajenos al libro. Una locura en poco más de 100 páginas, realmente divertida y mordaz que parece mentira que tenga 60 años.
Nigel Molesworth hace una especie de manual en el que da consejos para crear cohetes, librarse de las clases aburridas y demás gamberradas. También hará eco de lo torpes y absurdos que son los profesores del colegio internado San Custodio y te enseñará a diferenciar los métodos que estos tienen para torturar a los alumnos o los diferentes tipos de padres.
Trasfondo
El libro no es estrictamente un libro infantil ni juvenil, aunque puede ser disfrutado tanto por jóvenes como por adultos. Al estar ambientado en un colegio y con profesores y exámenes puede ser de gran interés por un público joven pero los adultos sonreirán con malicia con algún chiste oculto que quizás no entiendan sus hijos. Aún así es un libro blanco para todos los públicos y con toneladas de buen humor y mala baba. Disfrutable 100 %. Eso sí, a los que le sangren los ojos fácilmente con las faltas de ortografía que se abstenga. No hay párrafo del libro que no tenga menos de 10 errores garrafales.
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Comentarios (4)
Bueno, mi opinion, pero supongo que hasta aquí he llegado con vosotros. Creo que necesitamos dejar de ser abuelos cebolletas y engancharnos a recordar viejos tiempos como si ya no nos quedara mas por vivir, hay muchas cosas nuevas e innovadores sobre las que reparar y francamente como estan las cosas, creo que seria lo mejor que podríamos hacer. Os deseo suerte.
Este es peor que el capitan calzoncillos……………
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Mi profesora de lengua hasta nos advertía y nos decía que esta prohibidisimo leer este libro, ya entiendo por que, jajajajajaja