Los dichosos rombos de la tele
Es que no falla, en cuanto empieza una peli o serie que tiene buena pinta, ¡taca!, ponen rombos. Eso significa que me tengo que ir a la cama. Esta escena se repetía en mi casa casi cada noche. Teleadicto como he sido siempre, en parte por culpa de la Tele Indiscreta, me sabía de pe a pa la programación y esperaba ver tal peli o cual serie, pero claro, siempre pasa que cuando eres pequeño quieres ver cosas de mayores y éstos no suelen entenderlo. Y al menos en mi caso no había debate posible. No y no. Al día siguiente en clase siempre estaba el listo que había visto el capítulo de Pepe Carvalho o Canción triste de Hill Street.
Lo de los rombos podía llegar a ser un drama. Joó ¿Por qué no lo puedo ver? A Fulanito le dejan sus padres… Y es que eso de la OCIC diciendo lo que podías ver y lo que no…. pues como que daba morbo; bastaba con que algo tuviese dos rombos para que creciesen las ganas de verlo, y si en el periódico decían que una película era para adultos con reservas era el no va más.
El caso es que lo de calificar los contenidos con rombos tenía su gracia, al parecer se usaron en la tele desde 1962 hasta 1985. Un rombo significaba mayores de 14 años y dos rombos mayores de 18 años. Y nuestra meta, al menos para comentar en clase, era ver programas con dos rombos, eso nos hacía sentir mayores. Aunque la realidad era bien distinta: Tiene rombos, ¡a la cama!
Comentarios (28)
A mí los rombos me costaron unos cuantos puntos de sutura…empezaba una peli de dos rombos y me mandaron a mi cuarto, enojado fui a hacer una sentada de protesta en el pasillo, brazos cruzados, mofletes inflados…golpetazo con la espalda en la pared para que todos oyeran mi enfado….y del porrazo el enorme cuadro que había justo encima de mí fue a caer en mi cabeza con uno de sus picos…descalabrándome pero haciendo justicia: al final nadie vio la pelicula ( aunque lo dantesco de mi cabeza bien merecería tres rombos)
Luego desaparecieron los rombos, pero con los años volvieron los cartelitos de recomendación de edad, aunque a esos ya nadie hace caso.
A mi me costaron muchas noches muerta de miedo…mi cuarto estaba justo enfrente del salon y nunca podía dormir con la puerta cerrada, así que un sábado de peli de dos rombos,salí del dormitorio y me escondi detrás del sofá sin que nadie se enterase y vi la película mas terrrorifica del mundo para mis 9 años ( de una mansión con unos gatos asesino, no recuerdo el título) Jamás se enteraron que vi esa peli,pero estuve dis meses durmiendo com mis padres.Pobrecitos.
yo vi y a ratos oí una de vampiros debajo de la mesa de camilla y me tiré una temporada sin querer tomate.
Yo recuerdo un dia que se les debió olvidar el poner los rombos… y mis padres tuvieron que dejarme ver Perros de Paja… no sé quién lo pasó peor, si ellos o yo..
yo ya no llegue a lo de los rombos pero he oido de ellos que era algo de lo no mas ver algo de dos rombos, de ello la expresion “dos rombos” se sigue usando entre mi pandilla.
A la que salían rombos y me mandaban a la cama sentía esa imperiosa necesidad de pasar por el comedor con cualquier excusa. Era básicamente curiosida, pero eso incrementó mi capacidad creativa. “Es que no me he labado los dientes” y mientras ibas hacia el baño la mirada se clavaba en la tele, o “es que creo que me he dejado una cosa aquí en el comedor” o “¿habeis visto mis cromos en el comedor?” y si no funcionaban esas excusas te quedabas detrás de la puerta intentando adivinar algo a través de la ranura que quedaba entreabierta.
Yo tambien hacia lo mismo
Ponia la excusa de ir al baño y pasaba por el salon a ver que salia en la tele.
HOLA Q RAZÓN TIENES A MI ME PASANA LO MISMO Y ME DABA MUCHA RABIA S+OLO ME DEJABAN VER EL FUGITIVO DE RICHAR KIMBAL. UN SALUDO.
Alguien vió una historia de un niño que quería su cromo de torrebruno, y la abuela no se lo daba y al final acababa descuartizando a la abuela e incinerándola en la chimenea??
Estoy buscando y no la encuentro.
Mi padre llamaba a los rombos “pastillas” por su parecido a las famosas Pastillas Juanola. Aún recuerdo cuando la peli de la noche exhibía, al empezar, las dos fatícas figuras geométricas, y entonces él exclamaba: ¡Dos pastillas : a la cama!
Los temidos rombos hacía que los más avispados podían comentar en el recreo al día siguiente sobre la película que no todos podíamos ver. Eran los más privilegiados o unos grandes mentirosos.
Jajaja Gracias a los dichosos rombos y a querer ser tan valiente como mis hermanos, Dracula me visitó una noche que no olvidaré jamá. Me faltó tiempo para envolverme bajo las sábanas.
En mi casa me dejaban ver las pelis de un rombo,hehehe. Las de dos rombos ni hablar.
Canción triste de Hill Street, tenía rombos? Yo me la papé entera,. Me encantaba y me encanta.
Yo recuerdo el respeto que daban esas figuras geométricas en la esquinita del televisor , DOS ROMBOS …A LA CAMA y sin chistar escaleras arriba eso sí poniendo la oreja para poder escuchar de qué iba tanto misterio, porque es que al fin y al cabo lo prohibido como que mola más ¿no os parece?
Que recuerdos!!..Yo después de mucho insistirle a mi madre, prometiendole que no me daría después miedo..me dejaba ver “Historias para no dormir”..Después me iba a la cama fingiendo que estaba todo bien..JÁ!!..
Recuerdo que tenía un poster de BonJovi, creo que erra, encima de mi cama y esa noche le miraba y se movia y hasta llegó a sonreirme..Ufff, que miedo!!, jajajá.
Me mandaban directo a la cama. No se podía discutir con mis padres. Pero lo de mirar a través de la rendija…. más de una vez…
Los dos rombos nos tenía traumatizados esperabas la peli y zas esos peazos rombos ,si no se enteraban los padres ahí estabas viendo la peli esperando que no llegaran los padres ,pero solían tener ese sexto sentido,eran aparecer los rombos ,y ahí estaba mi madre colis brazos en jarra delante de la tele con esa frase que odiamos todos, venga a la cama,y pasaba lo de siempre no te daban explicaciones solo que esa peli era de dos rombos,Aunque siempre intentabas salir de la cama para ver esa peli pero siempre nos pillaba
De vez en cuando los padres se hacían los despiestados y “no veían los 2 rombos”.
la única vez que conseguí saltarme los dos rombos, yo orgullosísima de haberlo conseguido, y sin tener en cuenta que con lo miedosa que era de pequeña mis padres lo que intetaron fue darme una lección, que por cierto funcionó, fué para ver una película de miedo de Bette Davis, Canción triste para un cadaver o algo así se llamaba la película, de la cual sólo ví retazos ya que estuve todo el tiempo tapándome con la cortina con ese cosquilleo en el estómago, de quiero verlo porque ya soy mayor pero estoy totalmente aterrorizada pero no doy mi brazo a torcer……… y desde ese momento, cada vez que veía a Bette Davis, me moría de miedo en la película que fuera y por supuesto, durante meses estuve buscando a ese terrible fantasma asesino que estaba segura de que se escondía en la oscuridad de mi habitación, jajaja, nunca más insistí en el tema de los rombos, no fueran a darme permiso para verlo, aprendí la lección
Mis hermanas y yo inventábamos mil artimañas: pasar delante de la tele justo cuando los ponían, distraer a los papás en otro cuarto, tapar un rombo con la servilleta…, pero como bien decís tenían un sexto sentido.
¿Os acordais de Grandes Relatos?: Avenida del Parque, Hombre rico,hombre pobre…, más que por violentas, los rombos eran por las escenas eróticas,que comparadas con lo de ahora eran light total. Cuando por fín me dejaron verlas me daba vergüenza con mi padre al lado, así que me hacía la distraída. Más o menos lo que me pasa ahora con mi hijo preadolescente.
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me acuerdo de la primera vez que vi alien, el octavo pasajero…. creo recordar que me la grabe o la echaban en la tele a las tantas,,,, ya no se nada acerca de los rombos, pero el caso es que la vi y me impacto hasta tal punto que no la quería volver a ver…. hasta los veintitantos ( solo tenía 8 o 9 años cuando la vi)… la escena del huevo y el facehugger pegandose al casco…. y la gota que colmó el vaso fue el nacimiento del bicho… si ahora me chifla y hasta me rio de lo feo que es el cabrón…
Yo vi muchas pelis desde la puerta del salón…ahora me explico que me pusiera malo cada dos por tres…Lo que no entiendo es que las películas de un rombo me las dejaban ver con menos de 14 años.
Lo que nunca pude entender fue que a Superman que la emitieron en Sábado cine y de noche, siendo una película esperadisima por todos y con gran promoción en chapas, bebidas ,etc, le pusieron 1 rombo, siendo una superproducción para todos los públicos (muchos aún no teníamos video,y sin embargo si me dejaron ver la serie, El misterio de Salems lot (jamas se lo perdonaré a mis padres, menudo trauma, si me hubiesen dejado, habría hecho una pared de ladrillos para tapar la ventana de mi habitación, ya sabréis de lo que hablo, no?)
“Cancion Triste de Hill Street” no tenia ya rombos. Se estreno a mediados de los 80 y me acuerdo que no los tenia (creo que es del año 85 o 86 por ahi). Otra cosa era series como “Historias para no dormir” que si que los tenia algo logico. Mi hermana con ocho o diez años se puso a ver el episodio de “el muñeco”, y tuvo que dormir con mi madre del miedo que le dió. O una serie que siendo de dibujos animados “Doctor buho” creo recordar que la echaban a partir de las ocho y tenia ¡UN ROMBO!. Otro caso curioso fue la serie de Juanjo Menendez y Jesus Puente “El español y los siete pecados capitales”. Se emitia los viernes por la noche, tolerada para todos los publicos. Bueno hasta que llegó el episodio dedicado a la “Lujuria” y ¡zasca! dos rombos que te crió. Y puedo decir que habia programas de “Gran Hermano” con mas erotismo que ese episodio :). Y bueno luego series policiacas clasicas como “Kojack” que no me acuerdo bien si le plantaban uno o dos rombos. Hay que ver como cambia todo.
Mis hermanos y yo nos las apañábamos para ir al mueble librería donde estaba la tele para discretamente haciendo que cogíamos un libro, tapar los rombos con el codo así disimuladamente… la mayoría de las veces colaba… Otras mis padres se daban cuenta que “eso no es para niños” y años después en una cena familiar hablando de estas cosas nostálgicas salió la anécdota y nos reímos todos mucho.