Diez cosas que no nos gustaban de la vuelta al cole en EGB

Comienza el nuevo curso. Se acabaron los tres meses de vacaciones escolares (en caso de que no te hayas tenido que examinar en septiembre) y estamos en plena operación vuelta al cole. Si tienes niños en casa te habrás dado cuenta que muchas cosas no han cambiado demasiado, como ese olor de los libros nuevos que te transporta automáticamente a tu infancia. Pero también habrás descubierto que, por muchos años que hayan pasado, los libros siguen viniendo sin forrar y toca hacerlo estos días en casa.

Sin embargo hay otras muchas cosas de la vuelta al cole que sí han cambiado, hoy nos fijamos en ellas y recopilamos diez cosas que no nos gustaban de la vuelta al cole en EGB.

La burbuja que siempre quedaba al forrar los libros

libro-EGB

Por muy experto que fueran tus padres forrando libros era inevitable que se formara esa pequeña burbuja que tanta rabia te daba. Esa misma burbuja que después te pasarías todo el año desplazándola con el dedo por toda la superficie del libro mientras el profe explicaba la lección. Fíjate, estaba en la portada del libro y la he conseguido llevar hasta la contraportada.

Llevar los libros usados de tu hermano mayor

libro

Seguramente sea una de las cosas que más han cambiado y actualmente es muy difícil reutilizar los libros de texto porque los cambian prácticamente cada año. Pero en EGB no, se mantenían durante muchos años y si tenías algún hermano mayor es muy probable que no hayas estrenado un libro en tu vida. Era una faena, pero después te dabas cuenta que ya tenías el libro todo subrayado y los ejercicios hechos. No está nada mal, ¿no?

Heredar la ropa de tus hermanos

ropa-hermano

Lo mismo ocurría con la ropa, por supuesto que a todos nos gustaba llegar el primer día del cole con ropa nueva pero tu madre ya se había encargado de adaptar la de tus hermanos mayores con coderas, rodilleras y algún que otro parche para que te sirviera a ti. Pobres hermanos pequeños.

Llevar zapatos

zapatos

Te habías pasado todo el verano sin quitarte las cangrejeras y con los pies casi al aire y ahora tocaba ponerse aquellos incómodos zapatos. Porque mira que eran incómodos, ¿eh? Eso por no hablar si tenías la desgracia de tener los pies planos y que te pusieran aquellos zapatos ortopédicos con plantillas con los que parecías Frankenstein. La expresión “como un niño con zapatos nuevos” es completamente falsa, a ningún niño les gustaban.

Empezar de golpe, sin período de adaptación

horario

Lo del período de adaptación y empezar el primer día solo media hora, el siguiente una hora y así poco a poco para ir acostumbrándote es un invento moderno de algunos colegios. Nosotros jornada completa desde el primer día, terapia de choque.

Equivocarte al poner tu nombre con el Dymo

dymo

Lo de poner tu nombre en cada libro con aquella maquinita rotuladora llamada Dymo era muy divertido pero siempre daba problemas, o se atascaba, o se te acaba la cinta o, cuando pensabas que ya habías terminado, descubrías que te habías equivocado en alguna letra. Por no hablar de aquellas pequeñas letras adhesivas doradas que venían con el forro en las que, como no se repetía ninguna, nunca había suficientes para poner tu nombre y apellido, a no ser que te llamaras Paz Gil.

Cargar a la espalda con aquella cartera llena de libros

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Por supuesto que la rueda ya se había inventado pero a nadie se le ocurrió adaptarlas a las carteras del cole y no nos quedaba otra que cargar con todos los libros en la espalda. Seguro que aún recuerdas lo que pesaba aquello, ¿será el motivo de que ahora tengamos tantos problemas de espalda?

Los verdugos (o pasamontañas)

pasamontanas

¿Tanto frío hacía en nuestro país en los 70 y 80 como para que nos llevaran a todos los niños escondidos en aquellos pasamontañas? Sin duda la prenda más odiada, jamás conocí a un niño que le gustara llevarla

Los polos de cuello alto

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Por no hablar de la manía de meternos siempre un polo de cuello alto por debajo, con lo que picaba. Uff, lo recuerdo y ya me estoy poniendo malo.

La goma de las zapatillas de gimnasia

zapatillas-goma-EGB

¿Era el único que no soportaba aquella goma de las zapatillas blancas de gimnasia? Qué tortura, hasta que un día decidías pegarle un tijeretazo y te ganabas una buena bronca porque te habías cargado la zapatilla.

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¿Qué otras cosas de la vuelta al cole crees que han cambiado?, ¿qué es lo que menos te gustaba a ti?

También puedes ver:
Revisamos que llevaba en la cartera del cole un niño en la EGB
Trece bolígrafos que tienes que conocer si creciste en los 80
Diez modelos de sacapuntas que seguro que tuviste en EGB
Con qué pintábamos en los 70 y 80
Los diez diccionarios más frecuentes en las clases de EGB
Lo que merendábamos en los 70 y 80, ¿lo has vuelto a probar?
Diez alimentos de tu infancia que desaparecieron sin dejar rastro
Diez chucherías míticas de la EGB
Diez chucherías míticas de la EGB (II)

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Comentarios (43)

  • l0ck0 Reply

    zapatos??
    zapatillas especiales para gimnasia??

    me parece que fuimos a colegios muy diferentes jejejejje

    4 septiembre, 2015 at 13:44
    • Ana Reply

      Yo si las tuve, el gimnasio tenía parquet, o similar, y para no arañarlo nos tenido que poner esas zapatillas, que además según las lavaba mi madre encogían, un horror correr con eso

      8 septiembre, 2017 at 16:47
  • Anónimo Reply

    Evidentemente el maestro

    4 septiembre, 2015 at 14:49
  • Ciquitraque Reply

    Pues mis hijos tienen ahora periodo de adaptación en Pamplona y nada menos que tres semanas y a nosotros, sus padres, nos jo*e vivos. Entre el verano y la adaptacion, más de 3 meses. Estás ideas nuevas son un asco.

    4 septiembre, 2015 at 15:41
    • Oscar Reply

      ¿Y por qué no lo pensasteis mejor antes de tenerlos?

      Cualquiera diría que os molestan vuestros propios hijos, viendo lo jo*idos que estáis por tener que estar con ellos…

      Jodidos andamos con esa forma de pensar…

      Estos padres nuevos son un asco.

      7 septiembre, 2015 at 21:59
      • Ana Reply

        Vaya, parece que tu no trabajas… Para los que trabajamos es una put…da tener que estar con el periodo de adaptación. Y no, no tiene nada que ver con estar jo*idos por estar con ellos. Yo estoy con ellos todas las tardes, en el parque si es posible. Pero eso no quita que tener que coger días libres para un periodo de adaptación que antes no existía y que no es necesario es una put…da. Pero tú mismo con esa forma de pensar.

        8 septiembre, 2015 at 18:54
        • bb Reply

          Siempre fueron 3 meses de vacaciones, parece que no te acuerdas.

          24 enero, 2016 at 21:03
      • Anónimo Reply

        Estas amargado Oscat? Madre mis que booooooooorde

        8 septiembre, 2017 at 20:29
  • Gonzalo Reply

    Yo a esas zapatillas las llamaba bambas que se notaba cualquier cosa que pisabas…Siempre he odiado el cuello alto y por el colegio odié los jerseys con cuello de pico..siempre me los compro con cuello cerrado. Y una cosa que odiaba y odio ahora son los domingos por la tarde.

    4 septiembre, 2015 at 16:19
    • Anónimo Reply

      Odiar los domingos por la tarde debe ser muy común, es una sensación desagradable y difícil de superar

      5 septiembre, 2015 at 16:22
    • Juan Reply

      Yo también sigo odiando los domingos por la tarde. Como nunca me gustó el fútbol, cuando empezaba el partido en TVE1 (la única cadena que sintonizábamos en la época) a las 7 de la tarde del domingo, era cuando me ponía a hacer los deberes que el profe había mandado para corregir el lunes. El alivio era el intermedio del fútbol, cuando ponían dibujos animados, a veces de la Warner y a veces de Hanna Barberá.

      7 septiembre, 2015 at 18:11
  • Raquel Reply

    La música de Estudio estadio, era el preludio, prepara la mochila la ropa y a dormir que mañana es lunes. Aun hoy al oírlo me entra un cosquilleo en la barriga.

    4 septiembre, 2015 at 17:08
    • Charly Reply

      jajajaja, a mi me pasaba lo mismo con Carrusel deportivo. Mi padre se tiraba todo el domingo con el transistor y era escuchar” gooooool en las Gaunas” para saber que era hora de ir cenando y acostándose porque al día siguiente era lunes.

      La verdad es que yo las vueltas al cole no las llevaba mal del todo. Al fin y al cabo te pasabas el día con los colegas.

      4 septiembre, 2015 at 17:26
      • golo Reply

        Jua, el carrusel deportivo era lo peor para recordarte que se acababa el fin de semana, todavía me acuerdo de aquello de: Soberano..es cosa de hombres.

        6 septiembre, 2015 at 22:10
  • Elena Nito Reply

    Pues a mi me recuerda el olor a hierba recien cortada que quedaba en el ambiente; y es que todo lo que habia crecido en el verano se desbrozaba casi empezando las clases y, claro, olor al canto.

    A nadie le pasó que se comia las vinagretas (unas flores amarillas pequeñitas pero con un tallo muy alto) del patio y estaban muy acidas, y luego presumiamos que eramos muy fuertes por aguantar ese sabor?

    4 septiembre, 2015 at 18:02
    • Anónimo Reply

      Es verdad , nosotros las llamábamos agritos

      7 septiembre, 2015 at 00:49
      • Gonzalo Reply

        MMmm yo comia unas flores que eran amarillas o blancas pero nunca le puse nombre…serán las miasmas?

        15 septiembre, 2015 at 14:44
      • Anónimo Reply

        Sí agritos

        23 septiembre, 2015 at 23:11
  • chusa Reply

    yo siempre estrenaba libros por que soy la mayor, y siempre he cuidado los libros que llegaban practicamente nuevos a mi hermano, lo cual para mi resultaba muy estresante por que el era un desastre y cuando llegaba diciembre los libros parecian que habian psado por mil manos.
    Lo que mas recuerdo, con gran nostalgia, era ir con mis padres al hipermercado a comprar el material, llenar el carro con libretas con cubiertas guayss (en las papelerias solo estaban las tapa dura rojas, y las tapas normales roja, verde, azul y amarillo) y bolis y lapices molones que tampoco encontrbas en la papeleria de barrio.
    nunca fue para mi traumatica la vuelta al cole
    estoy de acuerdo con lo del cuello alto lo odiaba tanto, que cuando pude elegir, deje de usarlos, y el odio por ellos llego a tanto, que para mis hijas no los he usado jamas

    4 septiembre, 2015 at 19:32
  • Anónimo Reply

    yo los libros siempre eran nuevos. nosotros siempre con uniforme.

    4 septiembre, 2015 at 19:52
    • Anónimo Reply

      Me daba envidia las que llevaban uniforme. Me encantaba como les quedaba. Que loca estaba…

      24 agosto, 2018 at 10:31
  • Anónimo Reply

    Darte cuenta que tu mejor amigo/a había cambiado de cole….snif…

    4 septiembre, 2015 at 20:03
  • miguelangelhidalgosierra Reply

    Lo que no me gustaba colé tener que volver después de vacaciones y aguantar a los plastas de los maestros que en los últimos cursos egb me tocaban mismos anterior curso y sobre todo la clase de gimnasia que la odiaba .

    4 septiembre, 2015 at 21:28
  • lennita Reply

    Que bueno! Que recuerdos! Yo era la pequeña de mis hermanos y tb la pequeña de mis primos, con lo cual heredaba ropa y libros de todo quisque jaja. Y precisamente una de las cosas que menos me gustaba de volver al cole, era tener que borrar los libros.
    Otra cosa que no me gustaba era el caos que se vivía el primer día en mi colegio: profes q estaban un día en tu aula y al siguiente decían “yo no os toco” y se iban sin más, niños q no encontraban su fila, profes intentando llevar la clase y guardar los materiales de 25 críos al.mismo tiempo, y lo peor: que te pusieran en un aula y a los pocos minutos te cambiaran a otra por algún reajuste a última hora.
    Por otro lado, a mi tampoco me gustaba que me tocara curso si y curso tb ciertos profesores ( en mi cole había algunos maravillosos pero otros te tocaban un año y no te quedaban ganas de volverlos a ver en tu vida)
    Finalmente, quería comentar q en mi colegio si había una miniadaptacion: durante el mes de septiembre, salíamos a la una de la tarde en vez de a las dos)
    Saludos

    4 septiembre, 2015 at 23:11
    • Nahokimg Guemes Reply

      En mi colegio también había una especie de adaptación, empezábamos curso a mediados septiembre y hasta octubre solo teníamos clase x la mañana de 10;00.h a 13;30.h, luego ya empezábamos de 10;00.h 13;30.h y de 15;30h a 18;00.h hasta que terminanaba el trimestre

      5 septiembre, 2015 at 04:06
  • lennita Reply

    Ah! Otra cosa que odiaba era llegar al aula y ver que algún compi tenía algún objeto escolar que molaba más que el mío (aun recuerdo mirar con envidia estuche cuca doll multiposiciones (como el q viene en vuestro segundo libro)o un sacapuntas en forma de molinillo)

    4 septiembre, 2015 at 23:33
  • isidro Reply

    Lo del gorro era cosa mala mi madre los hacia ella misma con lana que picores por dios y

    5 septiembre, 2015 at 00:40
  • amagumo Reply

    Yo lo que más odiaba era el uniforme, era una falda de lana y en septiembre todavía hacía calor (no digamos al final de curso lo insufrible que era) y el chandal de gimnasia.
    Por supuesto, también odiaba los jerseys de cuello alto y los verdugos, que me los hacían mis abuelas y picaban…. A parte que mi madre me los ponía siempre que ella tenía frío, y haber quién era la guapa que se los quitaba.
    Por otro lado, yo hecho de menos el olos de las aulas. Aquella mezcla a tiza, plastidecor, plastilina, lapices de madera…. Y los nervios de volver a ver a todo el mundo el primer día (la siguiente semana querías volver a estar de vacaciones)

    5 septiembre, 2015 at 02:30
  • Jesus Reply

    Además del pasamontañas estaban las manoplas aquellas absurdas, que solo tenían el dedo pulgar.

    5 septiembre, 2015 at 12:30
  • carlos Reply

    Para mí era muy emocionante volver al cole así que casi no odiaba nada. Si acaso, la manía de reorganizarnos por orden alfabético ignorando las “uniones de hecho” que habíamos conseguido hacer el curso anterior. O cuando llegaba el momento en que el curso se dividía en dos aulas en Octavo y la mitad de tus amigos se quedaba en la otra clase. Y también lo duros que se hacían los maestros al principio; menos mal que luego se relajaba la cosa.
    Ah, y en mi cole también había periodo de adaptación: hasta el final de Septiembre sólo Íbamos por la mañana; Y en Junio, también.

    5 septiembre, 2015 at 14:01
  • Helena Reply

    Cuantos recuerdos!!!.
    Mi primer recuerdo es ese olor a plástilina, cera, tempera y forros de libros nuevos.
    Yo he sido la tercera de cuatro hermanos y heredaba todo jajaja y odiaba esos cuellos que ahogaban y picaban, los verdugos y las bufandas que ti madre las daba treinta vueltas.
    En cambio me encantaban los guantes que tenía con los dedos de colores y en el patio hacías muñecos con ellos.
    También me acuerdo de los estuches con botones y de los fluorescentes y el tippex porque en mi época si tenias uno eras la reina y en el patio te chantajeaban con donetes y pantera rosa para que se los dejases

    5 septiembre, 2015 at 15:49
  • Elisa Reply

    Es verdad, no sé de dónde venía aquella leyenda de “hoy el primer día, seguro que no hacéis nada”. En mi cole sieeempre desde el primer día, a currar de principio a fin.

    5 septiembre, 2015 at 18:11
  • Sinclair Reply

    La foto es del colegio Claret Madrid, el profesor se llama Don Segismundo y los chavales deben de haber nacido entre el 71 y el 74. Ese profesor era el tutor de nuestra clase de 3º EGB hasta 5º EGB.
    Que recuerdos..

    5 septiembre, 2015 at 18:22
  • Los doce olores de la vuelta al cole en la EGB - Yo fui a EGB Reply

    […] Diez cosas que no nos gustaban de la vuelta al cole en EGB Revisamos que llevaba en la cartera del cole un niño en la EGB Trece bolígrafos que tienes que conocer si creciste en los 80 Diez modelos de sacapuntas que seguro que tuviste en EGB Con qué pintábamos en los 70 y 80 Lo que merendábamos en los 70 y 80, ¿lo has vuelto a probar? Diez alimentos de tu infancia que desaparecieron sin dejar rastro Diez chucherías míticas de la EGB Diez chucherías míticas de la EGB (II) […]

    6 septiembre, 2015 at 21:55
  • Sofia Reply

    Pues a mi esas zapas me gustaban y me gustan, sigo llevando las de Decathlon y son muy comodas… Quien pudiera volver al cole y tener vacaciones de 3 meses!!

    7 septiembre, 2015 at 13:48
  • Juan Reply

    A mi cuando mas me costaba volver al cole, era despues de las navidades, lo llevaba fatal

    4 enero, 2016 at 17:57
  • M Carmen Reply

    A mi lo que menos me gustaba era el olor del colegio. Cada vez que paso por uno y me da ese olor automaticamente me duele el estomago. Que poco me gustaba el cole…

    5 septiembre, 2016 at 15:28
  • Raquel Brocal Corchete Reply

    El olor a cole, el fresquito que hacía por la mañana al empezar en septiembre, mochila,estuche, pinturas…todo nuevo. Ahora no huele a nada y 41 grados

    5 septiembre, 2016 at 18:50
  • Ele Reply

    Hemos ido a peor con horarios o jornadas de clase. Nosotros teníamos casi siete horas y lo han ido bajando a niveles insospechadoss en detrimento de la calidad. Ah otra cosa despues de 20 años siguen con clases de música inútiles donde tocan las horribles flauta
    S de plástico. En Estados estados unidos al menos sale una banda de clase.

    7 septiembre, 2016 at 21:38
  • isabel Reply

    Vaya , parece que vivamos en Corea por que todos teníamos las mismas cosas en casa y las mismas ropas , y las mis mas zapatillas de deporte y los mismos peinados , y las mismas manias , jajjajaj

    4 marzo, 2017 at 22:41
  • Wedge Reply

    Pues yo tenía solo 5 horas de clase diarias (y nací en el 73) X la mañanas de 9 a 12, y por las tardes de 15 a 17, aunque en los últimos cursos hice Inglés como actividad extraescolar y además jugaba en el equipo de fútbol sala, con lo cual terminaba bastante tarde, también he de decir que gracias al fútbol ,a veces venían a clase los entrenadores y te reclamaban para algún entrenamiento extra, con lo cual te saltabas
    algunas clases, y los 3 de mi clase que jugamos en el equipo salíamos de clase ,ante las miradas de envidia del resto, lo cierto es que a los profes ttampoco les entusiasmaba, pero eran ordenes de arriba, y luego bien que se llenaban las vitrinas del despacho de dirección con los trofeos que conseguimos je, je, un saludo a todos/as.

    13 diciembre, 2017 at 16:12
  • Ana Reply

    Pues yo debí hacer otra Egb (y eso que entré en el 73 y terminé en el 82) porque no me siento nada, pero que nada, identificada con el decálogo.
    Bueno, sÍ; en lo de los ‘verdugos’ y los jerseis de cuello cisne, que sigo sin soportarlos (estos últimos, obviamente). Pero es algo que no relaciono para nada con la vuelta a clase. El verdugo(el mío era rojo) lo llevaba porque padecía de anginas, y me las quitaron con 5 años, a los pocos meses de empezar el colegio…así que no lo relaciono con éste, sino con las inyecciones pre-operación y con la operación-carnicería en sí.
    Por lo demás, los libros no se podían heredar (mi hermano iba 3 cursos más tarde que el mío y a esas alturas ya habían cambiado todos), no había ‘zapatillas de gimnasia’, el nombre en los libros y cuadernos se ponía a mano con un bolígrafo, la cartera se llevaba en la mano con un asa o colgada del hombro…
    Ya digo: no me identifico con la Egb que describís. :(

    9 septiembre, 2019 at 22:52
  • treblanc Reply

    Hay algo inquietante en la primera fotografía, la del grupo de niños de una clase con el profesor, y es que hay muchos parecidos físicos con mi clase. Encontré una fotografíade estas hace años y ocurría lo mismo, incluso con fotos de otras clases de mi mismo colegio. ¿Somos un poco clones? No hablo en broma, más bien me produce un poco de inquietud…

    10 septiembre, 2019 at 17:56

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